Él, navegaba por la vida inmerso en las aguas de su mayoría de edad, cuando ella vino al mundo...
Baila, baila, baila, bailarina
él siempre espiando tras de una cortina
ese amor secreto que pretende y que le esquiva
que se escapa como el humo de puntillas.
Ella paseó por lugares que él ni siquiera imaginó.
Se calentaron bajo los rayos del mismo sol y bebieron de manantiales distintos.
Cada noche se acostaron bajo la misma luna, pero vivieron sueños desiguales.
Baila, baila, baila, bailarina
él siempre espiando tras de una cortina
Baila, baila, baila, baila, baila
baila, baila, baila, bailarinaaa.
Sus miradas se cruzaron y una inocente chispa de luz bautizó sus destinos.
Y la misma brisa de la mañana acarició sus caras cada amanecer.
Él soñó con cuervos y palomas, ella con libélulas y mariposas.
La vio crecer, convertirse en mujer
desde pequeña estudiando ballet
siempre soñando con ser lo que es
número uno mientras que él
detrás suya siguiendo sus pies
en la penumbra sin dejarse ver
Él la observa pasar y contempla feliz cada esquina que ella bordea.
Sueña con su mirada de diosa encarnada en un bello cuerpo de mujer.
Sueña con pieles de seda envueltas entre las estrellas de la noche.
Por bambalinas asomándose
nunca pudieron sospechar de él
no es que presienta que está en la vejez
que a los cuarenta ya no es tiempo de
lo que incómoda son sus dieciséis
es esa barrera que existe y no ve
Y Víctor Manuel, cada atardecer, sigue cantando aquella canción a su oído.
Él, escucha la música pensando que ha sido escrita para recitar su vida.
Entonces, busca el reflejo de su amada columpiándose sobre las olas del mar.
No hay un mal gesto que le haga creer
que lo que siente no pueda entender
en sus palabras no existe no existe doblez
pero hay miradas que siempre interpreta bien
Ella ríe.
Huele a rosas y canela.
No camina, danza de manera sutil sobre suelos de algodón.
Baila, baila, baila, bailarina
él siempre espiando tras de una cortina
ese amor secreto que pretende y que le esquiva
que se escapa como el humo de puntillas
Él sueña con los ojos abiertos.
Admira cada paso que ella da.
Huele a melancolía y sueños por cumplir.
Baila, baila, baila, bailarina
él siempre espiando tras de una cortina
baila, baila, baila, baila
baila, baila, baila, bailarina.
Sentados frente a frente, fantasea con sus ojos.
La acaricia con frases colmadas de palabras sinceras.
La ama en la soledad de los silencios rotos.
Pero ocurrió lo que puede pasar
que la ilusión como viene se va
en una moto la viene a buscar
les ve marchar entre un ruido infernal
desesperado se quiso colgar
soltó una cuerda y saltó del telar
ella bailaba le vio aterrizar
y fue a llevarle bombones al hospital
Ella, se deja querer y vuela entre las nubes blanquecinas de su propia libertad.
Juega a juegos que él nunca sabrá jugar.
Duermen en la misma noche en distintos sueños de irrealidad.
Baila, baila, baila, bailarina
él siempre espiando tras de una cortina
ese amor secreto que pretende y que le esquiva
que se escapa como el humo de puntillas
Él y ella
Sombra y luz.
Ella y él
Mar y arena.
Unidos siempre
Alejados para siempre.